Desde hace algunos años, los cake topper han ido ocupando el lugar que, al final de los banquetes de boda, tradicionalmente ocupaban las tartas nupciales clásicas, coronadas por las figuras de los novios. 
Estos nuevos hábitos permiten jugar con el tradicional concepto tarta de bodas, ofreciendo nuevas posibilidades a la coronación del pastel.
Una vez abierta la veda… no parece haber límites a la imaginación. Por ejemplo, ahora muchas parejas se decantan por decoraciones de un determinado hilo argumental cuando la boda tiene un toque temático (vintage, playero…). Incluso los novios clásicos suelen gustar de darle un toque diferente a ese elemento.
Algunas ideas
Por ejemplo, una de las opciones más de moda, en los últimos tiempos, es coronar el pastel nupcial con flores frescas
. Suelen ser el complemento perfecto cuando el pastel tiene sabores florales y rellenos refrescantes. Tanto las flores como los detalles de azúcar son un acierto asegurado, y muchas parejas optan hoy en día por este tipo de decoración, sin añadir el extra de las figuras.
Otra propuesta en alza, y de la que ya hablábamos al principio, es el cake topper (puede ser traducido como adornos para pasteles). Normalmente elaborados en madera o en material acrílico, es éste un elemento de mucha utilidad, puesto que permite coronar la tarta con un mensaje de amor, hacer juegos de palabras, o simplemente decantarse por un clásico Marido y mujer, Vivan los novios o Sí quiero.
Incluso, si los novios son de los que se decantan por la típica parejita de toda la vida, también encontrarán múltiples opciones y variantes. El hecho de que se puedan hacer diseños personalizados, hechos de encargo, permiten optar –por poner algunos ejemplos- por la silueta de Mickey y Minnie, un corazón cruzado por una flecha, unos novios subidos a una moto o una pareja de niños en bici.
¿Y si customizamos? Pues sí, existe esa posibilidad. Se pueden personalizar los muñequitos a la medida de la pareja, incluyendo algún rasgo físico de los novios (por ejemplo, la barba o el color del pelo en los modelos más sencillos). 
Es un recurso que hará a los muñequitos reconocibles hasta para el más despistado de los invitados.
Por último, una propuesta que pusieron de moda las bodas reales de la Corte del Reino Unido. Estamos hablando de los pasteles de a dos. Consiste en encargar dos modalidades de tarta de bodas, con rellenos diferentes al gusto de ella y de él. Una decisión salomónica que evita discusiones. Así los novios pueden decidirse, por ejemplo, dos diseños en medidas o alturas diferentes, con exteriores complementarios que no desentonen pero que indiquen claramente que se trata de dos confecciones pasteleras distintas, y unir ambos diseños con una decoración común, como una guirnalda o una pequeña fila de banderines. O sea, juntos, pero no revueltos. Y es que las parejas de hoy tienden a conservar su espacio de vida personal, incluso desde el sí quiero… así que… ¿por qué no empezar ya el primer día?