Nos guste o no, el sí quiero ocupa, cada vez y dentro de lo que se ha venido llamando el día más importante de nuestras vidas, un papel más más secundario. Hoy son las nuevas tecnologías utilizadas en la ceremonia -junto con el vestido de la novia (evidentemente)- lo que harán que ese día se recuerde… más allá del mismo día 
-Invitaciones por video
Aunque, en este terreno, un elegante papel y sobre o una cursiva formal y elegante sigue pisando fuerte, las nuevas tecnologías han comenzado a decir sus primeras palabras. Una de las modalidades que más adictos está ganando es la video invitación. Los hay de todo tipo. Desde producciones originales que acaban siendo éxitos virales en Internet a pequeños montajes caseros con los que la pareja anuncia su compromiso. Otra opción es encargar la invitación a una de las miles de webs que se dedican a hacer trabajos personalizados.
-Anillo wearable
Ya sabes, un anillo que, aparte de ser anillo, también cumple con otras funciones, Por ejemplo, ya existen en el mercado anillos que tienen su propio proyector incrustado, una forma inusitada de llevar encima aquellas imágenes que no hay que olvidar. Incluso, si eres de los que se olvida de los aniversarios, tienes el modelo Alaska Jewelry. El anillo se calienta, hasta los 48 grados, 24 horas antes de que llegue el aniversario.
-Un robot entre los invitados
Como porteadores de los anillos o como maestros de ceremonia. Los usos pueden ser variados. Hasta el momento, el más exitoso de entre estos robots de ceremonias es el WeddingBot, capaz de hacer de llevar los anillos, bailar o actuar de maestro de ceremonias. En Japón, incluso, ya se ha celebrado la primera boda entre robots.
-Un drone… ese nuevo fotógrafo de bodas
El fotógrafo de bodas va a estar en el cielo y será un drone. Puestos a celebrar una boda al aíre libre mejor aprovechar todos los recursos al alcance y obtener un recuerdo especial. Ya existen incluso guías para aprovechar al máximo tu drone de boda. Su precio, si se quiere comprar, oscila entre los 76 y 1.200 euros… aunque se pueden alquilar a partir de 60 euros.
-Una cámara que será nuestros ojos
No será ni el primero ni la primera (ni el último ni la última) a quien se le olvida todo lo que pasa en ese día tan especial. Cuando te quieras dar cuenta, todo habrá pasado… y ni siquiera te habrás dado cuenta. En este sentido, las cámaras deportivas no tienen por qué ir sobre la cabeza de uno de los novios… o en su brazalete, como harían si estuvieran practicando BTT en la montaña. Para no romper el romanticismo, siempre se pondrán esconder en el ramo de bodas o en un vaso de transparente cristal.
-El streaming, una opción para los invitados ausentes
Por diferentes circunstancias, puede que alguno o alguno de los invitados no puedan asistir la ceremonia -problemas de agenda, falta de presupuesto…-. ¿Solución? Contratar a alguna empresa que ofrezca la boda en streaming. A partir de unos 400 euros puedes tener todo el día completo (hasta 50 espectadores, 6 horas en directo, acceso al vídeo on demand 90 días después del evento…). Además, por unos 600 euros te mandan todo el equipo necesario (portátil, cámara, trípode…).
-Una impresora 3D puede hacerlo casi todo
Que una impresora es una herramienta de los más versátil es algo que ya sabíamos… pero su aplicación en el entorno boda es sencillamente sorprendente. Por ejemplo, nos pueden hacer el vestido de novia (eso sí, de nailon, no de seda o gasa) o la tarta, con formas difíciles de realizar por una mano humana
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-Que todo el mundo ponga su música
Con unos medios muy asequibles se pueden lograr maravillas, sobre todo si nos dan la posibilidad de prescindir del DJ de bodas pesado y manido. Puestos a pasarle una lista con las canciones que la pareja quiere escuchar en su día mejor utilizar aplicaciones como Spotify donde la música puede ser escogida por todos.
-Que el crowdfunding pague tu boda
Si el crowfunding puede pagar la matrícula de una Universidad… ¿por qué no una boda? Hay plataformas como como Indiegogo o GoFundMe que te pueden ayudar en esta labor. Y lo mismo podría decirse de la lista de bodas… o que los invitados colaboren en una causa benéfica propuesta por los novios.