En realidad, esta tendencia, muy a propósito y acorde con los fríos días que vivimos, es lo mismo que siempre hemos llamado ir vestido como una cebolla, manga sobre manga. Ahora los diseñadores han estilizado este estilismo de andar por casa, dando armonía al arte de superponer capas para vestir en invierno
.
Bastante de moda en países como los Estados Unidos y Japón, y entrando de modo creciente en Europa (España, obviamente, incluida), no se trata simplemente de superponer abrigos bufandas, falda sobre falda, guantes, pantalones debajo de esas faldas y calentadores sin estilo ni criterio. Tampoco pretende el layering de justificar el estilo grunge, callejero, y todo vale
. No, todo tiene su criterio y sus normas.
El layering es un juego que permite combinar colores, estampados y texturas… y todo empieza por una primera norma: combinar un mínimo de tres capas. De esta forma podremos dar una nueva textura a nuestro look sobre la base de conjuntar, por ejemplo, una blusa, un sweater abierto y una chaqueta. Eso sí, antes de optar por una u otra prenda tendremos que asegurarnos de que elegimos tonos de una misma gama. Por ejemplo: negro, blanco, gris; o burdeos, camel y nude. ¿Qué quieres destacar? Entonces, puedes usar un color llamativo como fucsia con grises y negro… por poner un ejemplo.
Otra cosa. Si optas por salir a la calle con un combinado de prendas, entonces deberás optar por dejar algún complemento en casa… o elegir uno que tenga menor tamaño de los que usarías habitualmente.
Si no lo haces, acabarás teniendo un aspecto sobrecargado con el que, probablemente, no estarás demasiado favorecida. Y es que, ni siquiera con el layering, todo vale.