¿El origen de las camisetas de algodón…o de las T-Shirt, que dicen los angloparlantes? Bueno, puede decirse que su primer antecedente ha de buscarse en la Edad Media. Y es que sabe que, por aquel entonces, los caballeros utilizaban una camiseta interior para que la armadura no les rozase. Y después lo hicieron los nobles -o, si se quiere, los descendientes de aquellos caballeros armados- para que el sudor corporal no impregnara los ricos tejidos de sus delicados trajes. Así, poco a poco, esta prenda fue extendiendo su uso entre los habitantes de la Vieja Europa. Y en estas, llegó la Primera Guerra Mundial. Entonces, a los soldados estadounidenses que vinieron a luchar a Europa les llamó la atención la cómoda ropa interior usada por los europeos, ya que los ellos usaban ropa interior de lana. Se piensa que, de esta manera, llegó la camiseta a EEUU.
Al principio, cuando la camiseta de algodón llegó a los Estados Unidos, tenía el mismo color que había tenido en Europa… o sea, blanco, su color originario en Europa. Sin embargo, y teniendo en cuenta que era utilizado por soldados, el color blanco resultaba excesivamente visible para el frente de batalla. Por esta razón, tiñeron las camisetas con tintes naturales como el café. Luego, durante el periodo de entreguerras, la camiseta se convirtió en la prenda estrella de andar por casa.
Sin embargo, la verdad es que la verdadera Época de Oro de la camiseta de algodón -etapa que aún se mantiene- comienza realmente al final de la Segunda Guerra Mundial. Es entonces cuando los estadounidenses -y, poco a poco, el resto del mundo- la adaptaron a todas las actividades y fines imaginables: la política, la publicidad, el ocio, el cine… En 1948, Thomas E. Dewey la utilizó en la campaña electoral hacia la Casa Blanca con el lema Rocíelo todo con Dewey. Le ganó Truman, pero le imitaron otros, como Eisenhower en la siguiente campaña. Me gusta Ike, decía. A Clinton o a Bush tampoco ha sido difícil verlos en camiseta.
La camiseta había triunfado… aunque le faltaba un territorio por conquistar: la pasarela. El paso lo da de la mano de Christian Dior quien, en el año 1962, abre a la camiseta de algodón a la a categoría de alta costura. Algunos años después, concretamente en los 70, Yves Saint Laurent la hizo desfilar con su logotipo en la pasarela y llamó la atención de las damas más exquisitas de Europa.
Y el cine la consagró
En su éxito contó con otro instrumento infalible, uno de los principales canales de transmisión de moda del último siglo: el cine. Cuando Julia Roberts vistió una de sus camisetas en Novia a la Fuga, el fenómeno Custo se hizo imparable. Una vez más, las estrellas de la interpretación obraban el milagro. En 1950, la diseñadora Lucinda Ballard se inspiró en las camisetas sudadas que veía a los obreros de la construcción para diseñar un modelo ajustado y con la manga muy corta. Su objetivo: que Marlon Brando luciera sus músculos en la obra de teatro Un tranvía Llamado Deseo, de Tennesse Williams. Fue una explosión sin precedentes. Toda una generación quiso tener la sexualidad a flor de piel que poseía Brando. Y querían conseguirlo con su camiseta…de algodón.